Blanca Pineda Cuervo

Desde su casa en el barrio Ismael Perdomo, Blanca nos comparte el cuento más largo de todos: el de su vida. En su estudio lleno de libros, fotografías antiguas y cojines en el suelo ‘La profe’,  recuerda cuando era una niña interesada en recopilar las historias de las tres montañas que conforman Ciudad Bolívar, al sur occidente de Bogotá.

Siendo una de las primeras pobladoras de esta localidad, esta mujer ha tenido más de seis décadas para ser testigo de la transformación de las montañas que eran verdes, con lagunas y cascadas y que ahora están cubiertas por casas y concreto.

Fue entonces cuando Blanca descubría su vocación con la escritura hasta convertirse en una guardiana del territorio en el que creció y en el que fue rescatando las leyendas y relatos más populares, como la historia del Palo del Ahorcado, un viejo eucalipto que sobresale en lo más alto de la montaña y simboliza la resistencia social y ambiental de la localidad.

Gabriel García Márquez decía que “el escritor tiene que trabajar con sus propias realidades, pues el que no lo hace con sus propias experiencias, está mal, anda mal”. Y esta mujer lo tiene claro,  pues la escritura no solo ha sido su herramienta para recopilar la oralidad popular de Ciudad Bolívar, sino también expresar lo que le incomodaba a ella y a los demás pobladores.   

En este lugar también ha ido fortaleciendo junto con otras mujeres, otros saberes ancestrales, como la agricultura y el tejido, este último, su herramienta más poderosa para combatir el olvido. Costureros para la Memoria es un proyecto que a través de arpilleras bordadas a mano las mujeres hacen reconocimiento de su origen y sus derechos para luego compartirlos en un encuentro de saberes que hacen en diferentes espacios públicos.

A su vez  desde hace 16 años Blanca ha gestado un proyecto con el que ha ido fortaleciendo otros proyectos sociales, culturales y étnicos que permiten la equidad de género a través de la Fundación para el Desarrollo Integral de la Mujer Siglo XXI, una organización con la que ha traspasado fronteras hasta empoderar mujeres de otras ciudades del país como Valledupar.