Jacqueline y Ángela

Pasaron varios años para que Ángela Campo volviera a su país natal, Colombia. Por recomendación de un amigo, conoció Guasca, Cundinamarca y al encontrar un ‘Terrenito’ (como hoy en día se llama su finca) no lo pensó dos veces y se fue a vivir allí. Por su parte, Jacqueline , quien aunque no es oriunda de Guasca, es una mujer del campo que vive en el municipio hace muchos años y decidió trabajar junto a Ángela.

Tanto ella como su esposo, ayudaban en las labores diarias de El Terrenito y más adelante, gracias a que desde muy pequeña su familia le enseñó a hacer quesos artesanalmente, terminó siendo socia de Ángela en el negocio de quesos que emprendieron en abril de 2016 al que llamaron también “El Terrenito”.

Desde que empezaron hasta el día de hoy,  cada una ha aprendido de la otra hasta convertirse en un complemento,  pues mientras Jacqueline prepara a pulso los quesos campesinos y la cuajada,  Ángela comparte las recetas que aprendió mientras trabajó fuera del país.

Dos años después, está complicidad sigue ‘añejando’ desde una pequeña cabaña de ladrillo en la que tienen todos los implementos necesarios para hacer quesos de muy buena calidad: el aprender con el que hacer diario, la experimentación y el saber tan maduro como el queso que las ha hecho verdaderas Sabias Montañeras.

Dos historias paralelas que se unen para combinar saberes